sábado, 31 de marzo de 2012

Síndrome de Heller

El síndrome de Heller, también conocido como trastorno o síndrome desintegrativo de la infancia o psicosis desintegrativa, es una enfermedad rara caracterizada por una aparición tardía (>3 años de edad) de retrasos en el desarrollo del lenguaje, la función social y las habilidades motrices. Los investigadores no han tenido éxito al encontrar una causa para este desorden.
Está incluido dentro del trastorno del espectro autista junto con el autismo o el síndrome de Asperger pero se suele observar un periodo aparente de desarrollo bastante normal antes de aparecer una regresión (o serie de regresiones) en las habilidades. Muchos niños ya se encuentran con algo de retraso cuando la enfermedad se hace patente, pero estas demoras no son siempre obvias en los niños más pequeños.
La edad en la cual sobreviene esta regresión varía, y puede ocurrir entre los 2 y los 10 años.
La regresión puede ser muy repentina, y el niño puede expresar incluso su preocupación sobre lo que está sucediendo, para sorpresa de los padres. Algunos niños describen o parecen estar reaccionando ante alucinaciones, pero el síntoma más obvio es que las habilidades adquiridas aparentemente se pierden. Muchos escritores la han definido como una enfermedad devastadora, que afecta tanto a la familia como al futuro del individuo. Como es el caso de todas las categorías de trastornos generalizados del desarrollo, existe una controversia considerable acerca del tratamiento correcto para este síndrome
Fue descrito por el educador austríaco Theodore Heller en 1908, 35 años antes de que Leo Kanner describiera el autismo, pero no se ha reconocido oficialmente hasta hace poco. Heller utilizaba la denominación de dementia infantilis para este síndrome.

jueves, 23 de febrero de 2012

México, y la preparación para atender a niños superdotados

 Un mal diagnóstico puede llevar al desarrollo de trastornos de personalidad.

Cifras oficiales de la Dirección de Educación Especial de la SEP indican que a la fecha la población atendida en el país ascendía a 110 mil 478 menores. Un niño genio nace, no se hace, coinciden los especialistas. La producción de un niño superdotado es multifactorial, influye la herencia genética, el ambiente en el que se estimule o inhiba al individuo y hasta la alimentación de la madre durante el embarazo, advierte Roberto de la Fuente, jefe de Salud Mental de la clínica 22 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Desde el punto de vista neurológico, la diferencia entre un niño sobresaliente y uno normal es que el sistema nervioso central del primero registra más conexiones nerviosas y presenta mayor profundidad en los surcos de los hemisferios cerebrales, asegura Becerra, especialista del Hospital Siquiátrico Infantil JN Navarro.
En cuanto a las características conductuales de estos menores, Rada destaca que muestran motivación por aprender, creatividad, disincronía entre la edad mental y la corporal, e hiperactividad.
Además poseen madurez mental temprana, aprendizaje acelerado, determinación en sus decisiones, así como gran sensibilidad, solidaridad, compasión.
Dalia Becerra agrega que los niños superdotados se caracterizan por un lenguaje verbal claro a temprana edad.
Los niños sobresalientes suelen ser lectores precoces y preguntar mucho, lo que puede generar cierta hostilidad en los adultos, pues creen que son retadores, explica la siquiatra. También les aburren actividades repetitivas, hacen buen uso de la tecnología (aparatos electrodomésticos, por ejemplo), suelen ser espontáneos y no les gustan las injusticias, ante las cuales se inconforman, aun cuando no sea en contra de ellos.
¿Rebelde con o sin causa?
Es común que la presencia de aptitudes sobresalientes se confunda con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, por lo que es importante que el niño sea valorado por un especialista.
La siquiatra subraya la importancia de contar con un diagnóstico certero para el tratamiento del niño, pues es frecuente que tenga problemas para relacionarse con sus pares por sus intereses tan disímbolos.
Alerta que un mal diagnóstico puede llevar al desarrollo de trastornos de personalidad, procesos depresivos, así como disfunción laboral, de pareja y/o social.
El niño necesita ayuda especial para sacar el mayor provecho y que no se desadapte al medio que lo rodea. El objetivo principal es que sea un sujeto funcional, feliz y bien adaptado a la sociedad, puntualiza Becerra.
Gabriela de la Torre, responsable de Atención Educativa a niñas, niños y jóvenes con aptitudes sobresalientes o talentos específicos del Programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa, subraya la relevancia de atenderlos.
Estos niños se aburren en el aula cuando no se les da atención. Se aburren un año, dos, pero al tercero pican al de junto, al cuarto ya hacen travesuras, al quinto hacen pintas afuera de la escuela, y luego desertan, advierte.
Se trata, dice, de un problema internacional, no sólo en México, pues estos niños por falta de atención tienen un fracaso escolar y el reto es volverlos a capturar.
“Una vez que salen buscan otros lugares donde sí se aprecie su potencial y esto puede ser muy amplio, desde ‘puse mi negocio y soy exitoso sin ir a la escuela’ hasta ser delincuentes”, alerta.

LA JORNADA UNAM

http://www.jornada.unam.mx/2010/11/15/sociedad/036n1soc

Entrevista a Miguel angel Verdugo "calidad de vida"